domingo, 30 de septiembre de 2007

Juan Gonzalo Rose


(Tacna, 1928 – Lima, 1983)

Su obra poética es, al mismo tiempo conceptual y lírica. Escribe generalmente, versos libres o prosas poéticas pero lo hace con tal finura que sus párrafos o estrofas parecen sujetos a medida a numerado ritmo de acentos. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía en 1958. Ha publicado: La luz armada (1954), Cantos desde lejos (1957), Simple canción (1960), Las comarcas (1964), Contrapunto de la patria (1967), Hallazgos y extravíos (Antología personal) (1968), Informe al Rey y otros libros secretos (1963 – 1967) (1969), Obra poética (1974), Biografías breves de la vida breve (1975), Camino real. Antología. (1980), Poesía (1990).

LAS CARTAS SECUESTRADAS

Tengo en el alma una baranda en sombras.
A ella diariamente me asomo, matutino,
a preguntar si no ha llegado carta;
y cuántas veces
la tristeza celebra con mi rostro
sus óperas de nada.

Una carta.

Que me escriba una carta quien me hizo
los ojos negros y la letra gótica,
que me escriba una carta aquella amiga
analfabeta de pasión cristiana;
duraznos de mi tierra: que me escriban,
vientos los de mi rambla: que me escriban,
y redacte una carta pequeñita
mi hermana abecedaria y pensativa.

Muertos los de mi infancia
que se fueron
dormidos entre el humo de las flores,
novias que se marcharon
bajo un farol diciendo eternidades,
amigos hasta el vino torturado:
¿no hay una carta para Juan Gonzalo?

Si no fuera poeta, expresidiario,
extranjero hasta el colmo de la gracia,
descubridor de calles en la noche,
coleccionista de apellidos pálidos:
quisiera ser cartero de los tristes
para que ellos bendigan mis zapatos.

El día que me muera ¿en una piedra?
el día que navegue ¿en una cama?
desgarren mi camisa y en el pecho
¡manos sobrevivientes que me amaron!
entierren una carta.

(De Cantos desde lejos)


GEOGRAFÍA IMPLACABLE

Mi corazón limita con el mar,
por las noches;
con tu amor,
por mi cuerpo.
Entre islas fragantes y tus manos pequeñas
mi distancia se extiende.
A veces en los vientos marineros me pierdo,
a veces en los actos de tu vida
me encuentro.
A veces yo confundo tus brazos en la sombra
con un blanco archipiélago,
a veces en tus ojos diviso el mar abierto.
Si me ausento no vayan
a las altas montañas:
buscadme entre las algas de la mar más cercana,
o en los bosques de sombra que derrama su pelo.
Si me muero, buscadme
en las altas montañas.
Cual un ave sombría
me hallaréis en la nieve
largamente dormido,
sin saber si me han muerto de la mar las nostalgias,
o la gran marejada que desata su olvido.

EXACTA DIMENSIÓN

Me gustas porque tienes el color de los patios
de las casas tranquilas…

y más precisamente:
me gustas porque tienes el color de los patios
de las casas tranquilas
cuando llega el verano…

Y más precisamente:
me gustas porque tienes el color de los patios
de las casas tranquilas en las tardes de enero
cuando llega el verano…

y más precisamente:
me gustas porque te amo.

(De Simple canción)

sábado, 29 de septiembre de 2007

Mario Florian




Mario Florián Díaz (1917-199) nació en Nanshá, Contumazá, departamento de Cajamarca. Estudió en Contumazá y Cajamarca y luego en la Universidad de Trujillo y en la de San Marcos en Lima. Destacó desde muy temprano como poeta y en 1940 ganó los juegos florales universitarios con su libro Tono de fauna. En 1944 obtuvo el premio de Fomento a la Cultura del Perú con su libro Urpi, que le dio justa fama. En 1976 obtuvo el Premio Nacional de Literatura que compartió con Luis Alberto Sánchez y Emilio Adolfo Westphalen. Su poesía, publicada muchas veces en plaquetas y opúsculos ha sido recogida en compilaciones como Pequeña antología (1945), Antología poética (1957) y Poemas (1979). Murió en Lima el 1 de octubre del 2002.


ARENGA AL PERUANO

No te sientas pequeño, hombre común peruano,
Peruano de estos días: confirma tu grandeza
Delante de tu huésped, delante del foráneo
Que llegó de muy lejos a comer de tu mesa;
Que llegó de muy lejos a vivir en tu espacio,
Y a hablarte de su origen y a hablarte de su fuerza.
Tu desciendes del puma, tu desciendes del rayo.
Y en tus músculos duerme colosal fortaleza.
No te humilles. Despierta. Elévate peruano.
Erígete. Ya es hora. Revive tu ejercicio
De amansador de Mundos, de continentes bravos,
De forjador de imperios sobre precipicios.
Levántate peruano. Pisa otra vez tu tierra...
Que el horizonte vea tu figura broncínea
De semidiós, de cóndor. Despliega tu mirada
Y el poder de tus alas y tu aptitud antigua.
Vindícate en la tierra... Porque estás en tu tierra
Desde hace eternidades... Y tu tierra te adora.
¡Exprésate peruano! ¡Exprésate de nuevo!
¡Sé heroicidad, destino! ¡Levánte! ¡Ya es hora!

PASTORALA

Pastorala
Pastorala,
más hermosa que la luz de la nieve,
más que la luz del agua enamorada,
más que la luz bailando en los arcos iris.
Pastorala.
Pastorala.
¿Qué labio de cuculí es más dulce
que la lágrima de quena más mielada
que tu canto que cae como lluvia
pequeña -pequeñita- sobre flores?
Pastorala.
Pastorala.
¿Qué acento de trilla - taqui tan sentido,
qué gozo de wifala tan directo
que descienda -amancay- a fondo de alma
como baja a la mía tu recuerdo?
Pastorala.
Pastorala.
Por mirar los jardines de tu manta,
por sostener el hilo de tu ovillo,
por oler las manzanas de tu cara,
por derretir tu olvido: ¡mis suspiros!
Pastorala.
Pastorala.
Por amansar tus ojos, tu sonrisa!
perdido entre la luz de tu manada
está mi corazón, cual huérfano allko
cuidándote, lamiéndote, llorándote...
Pastorala.
Pastorala.

Alejandro Romualdo


Alejandro Romualdo Valle (Trujillo, 1926 - ) es un poeta peruano. Perteneció a la Generación del 50. Ganador del Premio Nacional de Poesía en 1949.
Una de sus poemas más conocidos es el llamado: Canto Coral a Túpac Amaru, que es la Libertad. Ganó el premio mencionado anteriormente por su poemario La Torre de los alucinados. El poema donde rinde homenaje al prócer de la independencia peruana José Gabriel Condorcanqui, es de enseñanza obligatoria en las escuelas del Perú. Su obra ha sido valorada altamente por Mario Vargas Llosa, Roberto Paoli, Antonio Mellis, Matías Oranyi, Antonio Cornejo Polar,Alberto Escobar, Luís Alberto Ratto, Claude Couffon, Alfonso Ortega Carmona, Carmen Ruiz Barrionuevo, entre otros. Asimismo, son muchas las tesis universitarias que se han ocupado de su poesía. También la poesía de Romualdo ha servido para la composición musical tal es el caso de Celso Garrido Lecca (la cantata El mivimiento y el sueño) y Edgard Valcárcel (concierto para piano y orquesta Canto Coral a Tupac Amaru).



CANTO CORAL A TÚPAC AMARU, QUE ES LA LIBERTAD
(De Edición Extraordinaria, 1958)

Yo ya no tengo paciencia para aguantar todo esto
Micaela Bastidas


Lo harán volar
con dinamita. En masa,
lo cargarán, lo arrastrarán. A golpes
le llenarán de pólvora la boca
Lo volarán:
¡y no podrán matarlo!

Lo pondrán de cabeza. Arrancarán
sus deseos, sus dientes y sus gritos,
Lo patearán a toda furia. Luego
lo sangrarán
¡y no podrán matarlo!

Coronarán con sangre su cabeza;
sus pómulos, con golpes. Y con clavos
sus costillas. Le harán morder el polvo
Lo golpearán:
¡y no podrán matarlo!

Le sacarán los sueños y los ojos
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán. Y a golpes de matanza
lo clavarán:
¡y no podrán matarlo!

Lo podrán en el centro de la plaza,
boca arriba, mirando al infinito.
Le amarrarán los miembros. A la mala
tirarán:
¡y no podrán matarlo!

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.

Querrán descuartizarlo, triturarlo,
mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.

Al tercer día de los sufrimientos,
cuando se crea todo consumado,
gritando ¡libertad! sobre la tierra,
ha de volver.
Y no podrán matarlo.

RESPONSO POR UN PAYASO NEGRO

AQUÍ YACE SAM BROWN. Aquí descansa su rueda pálida,
la que hacía girar sencillamente bajo sus pies como
un planeta o una ola.
Lejos de su infancia silvestre, de la fiebre sexual, del
tambor y de la danza hirviente.
Lejos. Dejó su infancia de leopardos y grullas y flores exóticas.
Aquí yace, más frío que la luna, más triste que el vino,
derramado y oscuro como un vaso de miel para todas las
moscas de la destrucción.
Una familia de arlequines le reza. Los astros del circo lloran
y se apagan:
la muerte es una rueda muy traicionera, un jaguar silencioso
que cae desde lo alto -desde cualquier hora-
como un fruto encendido cae desde cualquier estación.
Aquí yace Sam Brown, más pálido que un espejo bajo la
hierba mortal.
Su último traje ya no se arruga, el traje de la función final
en la cual tenía que caer junto con el telón
de la vida y la rueda.

Pidamos que la muerte no nos deje decir nada.
Pidamos que la muerte nos separe, nos desgaje suavemente.
Pidamos que nos haga desaparecer como un ilusionista.
Roguemos porque la muerte llegue como el extraño que nos pregunta por la hora.
Porque Sam Brown ya no se mueve.
Porque aquí yace Sam Brown como un girasol ciego.

(De Cuarto mundo)

SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO

Si me quitaran totalmente todo
si, por ejemplo, me quitaran el saludo
de los pájaros, o los buenos días
del sol sobre la tierra,
me quedaría
aún
una palabra. Aún me quedaría una palabra
donde apoyar la voz.

Si me quitaran las palabras,
o la lengua,
hablaría con el corazón
en la mano,
o con las manos en el corazón.

Si me quitaran una pierna
bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo
lloraría en un ojo.
Si me quitaran un brazo
me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo, con tu nombre, amor mío.

(De Edición extraordinaria)

Washington Delgado


Washington Delgado (Cusco, 1927) ingresó a la Universidad Católica para seguir estudios de Letras y Derecho. Ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, ddonde obtuvo los grados de Doctor en Literatura (1969).Desde 158 se dedicó a la docencia universitaria. Fue ganador del Premio Nacional de Poesía en 1953. Obtuvo el Primer Premio en el Concurso Copé de Cuento (1979), con el cuento La muerte del doctor Octavio Aguilar, y del premio “Juan Mejía Baca” (1996) por su labor creativa.
Entre sus publicaciones cuenta con: Días del corazón, Para vivir mañana, Parque, Tierra extrajera, Destierro por vida, Un mundo dividido, Historia de la literatura republicana, Literatura colonial. De amarilis a Concolorcorvo, entre otros.
Falleció en la ciudad de Lima el 6 de setiembre de 2003.


PARA VIVIR MAÑANA

Mi casa está llena de muertos
es decir, mi familia, mi país,
mi habitación en otra tierra,
el mundo que a escondidas miro.

Cuando era niño con una flor
cubría todo el cielo.
¿De qué cuerpo sacaré ahora sombra
para vivir con un poco de ternura?

Escucharé a los muertos hablar
para que el mundo no sea como es
pero debo besar un rostro vivo
para vivir mañana todavía.

Para vivir mañana debo ser una parte
de los hombres reunidos.
Una flor tengo en la mano, un día
canta en mi interior igual que un hombre.

Pálidas muchedumbres me seducen;
no es un instante de alegría o tristeza:
la tierra es ancha e infinita
cuando los hombres se juntan.

(De Para vivir mañana)


CANCIÓN DEL DESTIERRO

En mi país estoy,
en mi casa, en mi cuarto,
en mi destierro.

Leve es el crepúsculo. Apenas
si las cosas existen:
mis libros en el suelo, tibio el aire
encerrado en la luz escondida
en sus hilos de alambre.

Me rodea el silencio y
-alguna vez-
es alegre el destierro.

Cuando acaba la noche,
brota el cielo y se asoma
a mi ventana,
el aire me entristece
y enciendo el cigarrillo
del destierro.

A raudales entra la luz:
brilla en mis ojos, se empoza
en las almohadas,
estalla
sobre un vaso con flores
en mi mesa.
Yo vivo sin cesar
en el destierro.

(De Destierro por vida)


UN CABALLO EN LA CASA

Guardo un caballo en mi casa.
De día patea el suelo
junto a la cocina.
De noche duerme al pie de mi cama.
Con su boñiga y sus relinchos
hace incómoda la vida
en una casa pequeña.
¿Pero qué otra cosa puedo hacer
mientras camino hacia la muerte
en un mundo al borde del abismo?
¿Qué otra cosa sino guardar este caballo
como pálida sombra de los prados
abiertos bajo el aire libre?
En la ciudad muerta y anónima,
entre los muertos sin nombre, yo camino
como un muerto más.
Las gentes me miran o no me miran,
tropiezan conmigo y se disculpan
o maldicen y no saben
que guardo un caballo en mi casa.
En la noche, acaricio sus crines
y le doy un trozo de azúcar,
como en las películas.
Él me mira blandamente, unas lágrimas
parecen a punto de caer de sus ojos redondos.
Es el humo de la cocina o tal vez
le desespera vivir en un patio
de veinte metros cuadrados
o dormir en una alcoba
con piso de madera.
A veces pienso
que debería dejarlo irse libremente
en busca de su propia muerte.
¿Y los prados lejanos
sin los cuales yo no podría vivir?
Guardo un caballo en mi casa
desesperadamente encadenado
a mi sueño de libertad.

(De Historia de Artidoro)


TE ESTOY PERDIENDO

Te estoy perdiendo
en cada voz que escuchas,
en cada rostro que contemplas,
en cada gesto tuyo,
en cada lugar
que recibe a tu cuerpo.
Ser como la luz
que te envuelve, por la que dejas
un retazo de sombra. Ser
como la noche que te obliga
a un pensamiento, a un deseo,
a un sueño.
Ser una materia leve,
una corriente extensa
que te persiga siempre.
No ser esto que soy
y que te está perdiendo.

(De Formas de la ausencia)